miércoles, 1 de marzo de 2017

Secretos que te ayudarán a adelgazar sin esforzarte en el gimnasio

A veces es difícil ocultar la sorpresa al ver a una mujer esbelta y delgada comiendo chocolate, panecillos, una gran cantidad de queso y tomando vino. ¿Cómo logra estar en forma con este tipo de dieta? El secreto no está en contar calorías ni esforzarse durante horas seguidas en el gimnasio, sino en la actitud que tenemos hacia la comida .
La parte femenina de Genial.guru decidió investigar qué hábitos alimenticios debemos cambiar para estar en forma siempre.

La comida es un ritual sagrado

Tal vez sea el secreto principal para tener un cuerpo perfecto. Tener una actitud especial hacia la comida te ayuda a no llenar tu boca con lo que te encuentres. Las mujeres que están obsesionadas (en el buen sentido) con la comida, sienten un deseo de comer sofisticado y bonito en vez de comer mucho. Disfruta de porciones pequeñas, buen vino y buena compañía.
«La comida o la cena deben convertirse en un pasatiempo completamente especial donde el placer de la comida deliciosa y una buena conversación se unen», dice la dietóloga Francoise L’Hermite. «Lastimosamente, muchas personas perciben la comida como un combustible para los músculos. Si este es tu caso, rompes los principios fundamentales de la alimentación».

Elige calidad

Dale preferencia a lo mejor, lo más fresco y refinado. El principio «más costoso, mejor» definitivamente funciona en este caso mejor que «más económico y más». Que sean solo unos trozos de chocolate amargo o unos pastelillos hechos a mano, en lugar de una porción grande de un helado barato (que seguramente contiene grasas trans); que sea pescado en vez de pollo súper económico de calidad dudosa.
Recuerda que «Eres lo que comes». La dueña del restaurante francés La Petite Cuisine Rachel Khoo dice: «Incluso cuando tuve que ahorrar, iba al mercado para comprar queso natural y pan fresco». De hecho, no es tan difícil encontrar productos frescos si te lo propones.

Haz pausas mientras comes

No lleves cucharada tras cucharada a la boca convirtiendo la comida o la cena en una toma de combustible para el organismo. Come despacio, disfruta del sabor de cada trozo del platillo, toma pausas para prestarle atención a tu interlocutor o tu familia. De esta forma, una comida o una cena se convierten en una fiesta de sabor y convivencia.

Sé honesto contigo en lo que se refiere a comida, no te prohibas nada

Debes darte cuenta de cuáles son los platillos grasos y nutritivos, entender que no podrás estar en forma si comes dos veces al día panecillos dulces. Pero tampoco se trata de prohibirte algo. Es mejor darse el lujo de comer en pequeñas cantidades tus alimentos favoritos que sentir estrés por rechazarlos por completo. No digas «No como dulce» para luego mirar con ojos hambrientos y envidiosos el plato de tu amiga. ¿Para qué tanto sacrificio? ¿Para que un día no puedas aguantar y, atormentada por el sentimiento de culpa, te regañes por la falta de voluntad? No hay nada de malo en una pequeña dosis de los placeres diarios.

Todo con moderación

Debes sentir la diferencia entre el deseo de consentirte con algo y abusar de tus deseos. Si quieres estar en forma, no comas pastelillos, queso y pan en el mismo día. No te niegues los placeres, solo debes entender que la condición principal para tener una figura esbelta es la moderación y el equilibrio. Si comes pastelillo hoy, cenas sin guarnición (por ejemplo, pechuga de pollo y ensalada). Mañana puedes consentirte con chocolate, pasado mañana, con vino, queso y frutas secas.
Así, Sophie Marceau come todo pero en pocas cantidades: «Sólo no consumo comida rápida. Pero adoro el vino y el chocolate y no me niego ni estos ni otros placeres culinarios».

¿Demasiado azúcar o sal? No necesitas los excesos

La función de las especias y los sazonadores es resaltar el sabor y el aroma naturales de los alimentos. Acostúmbrate a la idea de que «cualquier exceso» no es para ti. Una rebanada de pastel demasiado dulce o grasoso se puede sustituir con una tartaleta de crema ligera y frutas; lo mismo con los platillos demasiado salados o sobrefritos.

Espera la cena en lugar de comer entre comidas de prisa

Claro, puedes tomar un café con dos galletas entre el almuerzo y la cena, pero no abuses de esto. En vez de comerte un montón de galletas, espera la cena y cómete un buen filete de carne con ensalada, percibiendo la ligera sensación de hambre con placer, como el mejor aperetivo antes de una comida sabrosa.
Sin embargo, si aún falta mucho tiempo para la comida o la cena y tienes mucha hambre, la mejor opción es el yogur natural sin endulzantes. Recuerda que siempre puedes agregarle una fruta.

Toma por regla tener la mesa bien servida

No te prives del placer de comer despacio y con gusto en una mesa bien servida. No comas viendo tu computadora o tu teléfono, las comidas son sagradas, así que deja todos tus asuntos urgentes a un lado y disfrútala.
Es bien sabido que la comida «lenta» se digiere mejor y te permite sentir placer en el proceso. Y cuando comemos de prisa, a menudo ni siquiera prestamos atención a los sabores y aromas. Por eso al cabo de una hora ya queremos algo dulce, porque necesitamos obtener una dosis de endorfinas.

El movimiento es un estilo de vida, no una manera de «quemar» lo que hayas comido

Acostúmbrate a pasar más tiempo al aire libre. Puedes dar una caminata, escalar montañas, jugar tenis, correr en los parques, etc. Además, es importante caminar mucho. Sin embargo, debes asimilarlo como tu estilo de vida, no como una tortura, una manera de «quemar» lo que hayas comido o un intento de acercarte a un ideal ficticio. Cualquier sacrificio es malo para tu salud emocional.
Las personas que se mueven mucho, que prefieren una caminata en vez de un paseo en auto, y quienes comen con calidad y placer, no engordan.

No te obsesiones con tu peso ni castigues tu cuerpo

Todos somos humanos y a veces nos pasamos un poco. Si te has permitido algo fuera de lo normal o has roto los principios de moderación, no tienes que castigar tu cuerpo ni decirte: «Ayer comí demasiado, hoy no comeré nada y haré 2 horas de ejercicio».
El principio «No hay dolor, no hay victoria» no siempre funciona. Por ejemplo, cuando a la actriz Eva Green (esbelta, por cierto) le pidieron hacer dieta para protagonizar su primera película, ella se rindió rápidamente. «Simplemente no podía estar a dieta. La comida significa demasiado para mí», admite ella.
Contar calorías, carbohidratos, proteínas, grasas y grasas trans es extremadamente aburrido. Y más triste se vuelve si intentas aplicar este conocimiento en una parte tan importante de la vida como es la alimentación. Trata la comida como un placer pero recuerda mantener el equilibrio en todo y comer cada delicia con medida. En eso se resume el arte de vivir con placer.
Foto de portada Sport Illustrated

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